Desde luego, la protagonista lleva una vida solitaria y trágica pero, como una de las mujeres de Lana, se convierte —con su mirada y secretas opiniones rebeldes— en la reina del pequeño espacio que puede habitar. Esto no es bueno, ni empoderante, ni activo, pero es real.
Música para observar a Elvis
O cómo Priscilla escapa a ciertas herramientas de análisis feminista
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