Hay muchos criterios para considerar una película «buena» o «mala», usando aquí esos términos como una simplificación de los procesos de crítica. Uno de estos criterios —más recurrente entre los espectadores que entre la crítica— apunta a que una película es buena «si consigue lo que se propone» . Bajo esta luz, es fácil considerar Megalópolis no sólo una mala película sino un auténtico fracaso.
Un utópico status quo
El sentido de Megalópolis como propuesta de futuro
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