En última instancia, 'Bottoms' solo es una comedia y no tiene que venir a arreglar nada pero resulta descorazonador la forma en la que siquiera lo intenta. La manera en la que reduce el discurso sobre representación e identidad a la simple presencia de dos actrices en el centro de la pantalla.
Bottoms no sabe imaginar un mundo mejor
o por qué la buena representación debe ir más allá de lo individual
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