Hay muchos criterios para considerar una película «buena» o «mala», usando aquí esos términos como una simplificación de los procesos de crítica. Uno de estos criterios —más recurrente entre los espectadores que entre la crítica— apunta a que una película es buena «si consigue lo que se propone» . Bajo esta luz, es fácil considerar Megalópolis no sólo una mala película sino un auténtico fracaso.
Fantasías burguesas y rupturas en el centro comercial
(La fantasía y el consuelo se encuentra en 1995)
Bajarse del tren en Viena no es una opción cuando no te cabe en el presupuesto sacar un segundo billete. Pasear sin destino no es inteligente cuando esa es la única oportunidad que tendrás en tu vida de ver todo lo que puede ofrecerte la ciudad. El desdoblamiento fantástico es un privilegio. Especialmente cuando se hace por placer y no por necesidad.
El sesgo en la mirada
Sobre las decisiones inconscientes en Parpadea dos veces
Como guionista y como directora Kravitz no tiene una mirada lo suficientemente preparada como para entender el efecto que el capitalismo tiene en los temas que quiere tratar. La forma en la que el individualismo, la presión para someter a otros o la acumulación como objetivo afecta a cómo nos relacionamos ahora entre nosotros pero no es intrínseca de nuestra humanidad.
Buscando nuestra identidad a través de la pantalla
Sobre regusto agridulce en la obra de Jane Schoenbrun
Por eso I Saw the TV Glow acaba con un grito. Un alarido de angustia como reflejo de una profunda soledad. Porque saber quién eres no es una victoria si no existe alguien, un otro, que lo pueda hacer real.
La comodidad y el consuelo del control
o cómo Lanthimos cambia la diana en Kinds of Kindness
todos estamos siendo controlados, dice Lanthimos. El director cree que eso nos gusta. Porque bajo su mirada, la libertad es terrorífica; un abismo desconocido. Un concepto tan salvaje y tan extraño que, ni siquiera con el salvavidas de la ficción, deberíamos intentar explorar.
Civil War: Imágenes para tiempos turbulentos
Sobre el sentido de las imágenes fuera y dentro de la pantalla
Garland es un creador de imágenes de ficción en movimiento que, en una película sobre creadores profesionales de imágenes estáticas, no entiende la relación que establecemos con ellas en el presente; que no comprende que, como apunta Godard en Elogio del amor, si vemos un paisaje nuevo lo comparemos con los muchos otros que ya conocemos porque nuestra relación con la imagen es acumulativa.
Sobre cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar las contradicciones
Dune es esto y todo lo contrario
¿Hasta qué punto importa si Paul es o no el elegido cuando dirige ejércitos, derroca al emperador del universo y consigue a la mujer de sus sueños? Hay un contexto crítico, está ahí, pero también la diversión y la épica que acompañan en la literatura a las historias que pretende desmontar.
Estamos mal, tú y yo. Pero estamos
o la experiencia de compartir En los márgenes con mis vecinos
No podía evitar preguntarme si esa mujer había estado en una situación similar. Después me angustiaba pensando dónde estaba yo cuando ella sufría sin saber yo quién era y sin saber tampoco cómo estaba en realidad.
Música para observar a Elvis
O cómo Priscilla escapa a ciertas herramientas de análisis feminista
Desde luego, la protagonista lleva una vida solitaria y trágica pero, como una de las mujeres de Lana, se convierte —con su mirada y secretas opiniones rebeldes— en la reina del pequeño espacio que puede habitar. Esto no es bueno, ni empoderante, ni activo, pero es real.
La delicada puntada final
O por qué el plot twist de Saltburn puede dejarnos insatisfechos
Saltburn, la última película de Emerald Fennell, ganadora de un Oscar por el guión de Una joven prometedora, tiene un giro final fallido que no es capaz de lanzarnos ningún tipo de pregunta.